Siempre fuiste testigo de mis anhelos. Tu sonrisa era mi sol, tus lágrimas mi lluvia. Tus ojos, siempre brillantes, se convirtieron en mis estrellas y tu pelo rizado simulaba la ondulación de las nubes. Podíamos estallar como una gran tormenta pero, al final, siempre conseguíamos que la unión de risas y lágrimas se convirtieran en un hermoso arcoiris. Disfrutamos de muchos días, pero cuando la noche llegó pensé que no podría volver a ver los hermosos colores que antes eran iluminados por tu presencia. Hizo falta tiempo pero, al final, mi propia sonrisa iluminó mi mundo.
Fotografía realizada por una profesional, Iria :).
Me encanta
ResponderEliminarGracias piruliña :). Te Quiero
ResponderEliminarQué bonita la foto, entre el color y la ausencia de éste.
ResponderEliminarDe esa conjugación de emociones, yo creo que me quedo con el arcoiris: cuando las lágrimas son sorprendidas por el sol de la sonrisa. Así sí que se saborean los colores, ¿verdad?
Muy bonito, Alba. Ojalá que prevalezca la luz, como en la foto. ;)
La foto es obra de una fotógrafa amateur amiga mía :) que me pilló por "sorpresa".
ResponderEliminarSí, la luz prevalecerá porque sólo se puede apagar si tu lo permites y yo no pienso hacerlo.
Un besazo que haga brillar al arcoiris en tu vida