Las nubes nos observaban ansiosas. El viento soplaba como si quisiera apartar con su aliento aquel montón de algodón que impedía ver al cielo lo que iba a suceder. Un cielo que parecía expectante, un cielo que me recordaba a mi.
Allí estaba yo, con un millón de mariposas que revoloteaban por mi cuerpo. Su aleteo era sin duda la energía que hacía que mi corazón se acelerase.
De pronto me vi reflejada en sus ojos, unos ojos que buscaban mis labios temblorosos ante la proximidad de los suyos. Sólo un pensamiento inundaba mi mente, "No es tu primer beso" me decía. A lo que mis labios a punto de ser besados contestaron: "Es mi último primer beso".
"La decisión del primer beso es la más crucial en cualquier historia de amor, porque contiene dentro de sí la rendición."
Emil Ludwig
que bonito y que cierto a la vez! el primer beso te delata, te rinde a la persona, tus sentimientos quedan al descubierto
ResponderEliminarOooohhh... Qué momentazo! :)
ResponderEliminarDa gusto firmar rendiciones así. Se recuerdan toda la vida.
Besos, Alba. (Éstos están aligerados de esas emociones tan, tan bien descritas, pero van con cariño.) :D
Muchas gracias a las dos por comentar :). Hice esta entrada porque creo que se está perdiendo la magia de los besos. Los damos sin ton ni son y si en algún momento damos ese primer último beso no lo saborearemos como se merece :).
ResponderEliminarOtro besazo cargado de cariño para ti Casandra :)