Me desperté una mañana y me dí cuenta de que estaban ahí, mis sentimientos, o más bien nunca se habían ido. Durante mucho tiempo creé un muro de piedras que protegiese mi corazón, por pensar que sería irrompible, pero, esta vez, el cuento del lobo y los tres cerditos no funcionó para mí. Es curioso como todo puede cambiar de un segundo para otro. Ese segundo que no valoramos por verlo insignificante, puede cambiar tu vida, y es que sólo una mirada puede hacer temblar los cimientos de un muro creado con el tiempo. Y entonces me pregunté: "¿Sirvió de algo ponerle piedras al corazón si con un simple gesto se desplomaron? ¿No hubiese sido mejor tratar de hacerle caso a esos sentimientos y por lo menos sentir que estás viva? En ese momento, como siempre, una frase acudió a mi cabeza: "Siempre te arrepientes de lo que no haces, no de lo que haces", así que como me dijo un buen amigo mío: "Déjate llevar"...
algo muy parecido decía beyoncé en la canción de halo, te animo a q la vuelvas a escuchar detenidamente.
ResponderEliminarUna gran entrada. Se disfruta. Muy buena. Un abrazo.
ResponderEliminarY sí que es cierto. Un segundo basta para derrumbar una mole de piedra que uno ha tardado años en alzar, al lado del corazón o en otros enclaves...
ResponderEliminarTus palabras son de las que hacen resonar esa sabia pregunta interior (que yo no me hago demasiado): "¿Pero qué corchos estoy haciendooooo...?"
Menos muros y murallas en nuestras vidas, aprovechando el momento presente en otras cosas. Quiero quedarme con esto.
Besos, Alba!
Muchas gracias por vuestras palabras :). Tengo esto un poco abandonado pq ya me empezaron las clases y tengo menos tiempo :(.
ResponderEliminarMarys que razon tienes, me puse a escucharla y es verdad, esa canción tiene mucho que ver :).
Alma millones de gracias :), me alegro de que te haya gustado.
Casandra, sí la verdad es que yo sí que me he preguntado muchas veces, pero que c...estoy haciendo??pero creo que la comodidad de lo conocido, puede impedirme disfrutar de lo desconocido :S.
Un besazo