Esta entrada se la quiero dedicar a tres personas muy especiales, a mis dos guardaespaldas favoritos, sí sois vosotros, Brais y David, y a Noe que es mi niña hermosa. Ellos fueron los que me inspiraron.
Ayer por la noche volví a asomarme a la ventana, pero esta vez mis ojos no contemplaron la tierra, si no que se alzaron hacia el cielo. Me sentí abrumada por la belleza que desprendía, al fin y al cabo, aquí pocas veces las nubes nos dejan ver las estrellas.
Empecé a pensar en la relación de la Luna y el Sol, dos astros condenados a amarse pero a vivir separados durante largo tiempo. Sólo el eclipse es capaz de juntarles, pero apenas dura un suspiro. En ese preciso instante una pregunta acudió a mi mente, ¿acaso no es esa la relación que yo quiero? ¿Estaré destinada a ser una Catalina moderna que, aún pudiendo ver más a su Lorenzo, prefiere no perder su independencia?
Cierto "adivino" me dijo que, en uno de mis viajes por el mundo, iba a encontrar a mi príncipe. Sólo espero que si de verdad aparece, entienda que yo sólo podría proporcionarle mi amor en los días de eclipse.
"Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, si no cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta."
Sam Keen
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