unwritten

"Live your life with arms wide open, today is where your book begins, the rest is still unwritten". Natasha Bedingfield

viernes, 5 de agosto de 2011

¡¡¡Qué desastre de mañana!!!

Hay días en los que hasta levantarse de la cama puede resultar una misión imposible (panpan, panpanpanpan, panpanpanpan, panpanpanpan, panpan, pirulí, pirulí, piri) y hoy yo me sentí como Tom Cruise.

Me desperté como siempre, con la alegría de poder vivir un día más. Parecía Heidi cantándole al abuelito, pero no sabía que el día no estaba preparado para que yo me levantase, y las nubes no estaban esperando a que yo me posase sobre ellas.

Me levanté de la cama y como siempre busqué el tacto de la alfombra (mi nube) en mis pies pero en su lugar lo que me estaba esperando era la tapa de un boli, que dispuesta como un proyectil, se me clavó en el pie derecho. Así que empecé el día a todo ritmo, dando esos cómicos saltitos mientras me sujetaba el pie con las dos manos. En ese momento mi baile no tenía nada que envidiar al ballet del lago de los cisnes,je je. Mientras seguía con mi particular baile tuve la mala fortuna que al aterrizar de uno de esos saltitos mi pie izquierdo se topó con la pata de la cama, así que Alba se tiró al suelo haciendo una recreación perfecta del capítulo de padre de familia en el que Peter se tira al suelo y comienza con su famoso ahhh...shhh...ahhh...shhh. Me sujetaba los pies con las dos manos mientras me flagelaba por no haber buscado mejor la tapa del boli la tarde anterior. Cuando por fin el dolor empezó a remitir, decidí que era momento de ir a desayunar. Fui a servirme el café pero, cual fue mi sorpresa, cuando al abrir la tapa de la cafetera, me encontré con que allí no había nada, pero como yo soy una persona conformista me dije: "Poner una cafetera para mí sola me parece una tontería así que decidí que hoy desayunaría colacao, bueno cacao que con lo de la crisis hay que ahorrar. Fui a echarme la leche en el vaso y el escaso peso del cartón ya me hizo sospechar de que el contenido no podía ser muy elevado. Mis sospechas se hicieron realidad cuando, al intentar verter la leche del cartón, sólo cayó un chorro que había quedado olvidado por el comensal anterior (mi papi). En ese momento me pregunté, ¿por qué no se habrá servido toda la leche o ha tirado esas cuatro gotas que quedaban? Bueno no pasaba nada porque mi cerebro estaba gestando la venganza. El próximo día yo también dejaría el cartón de leche vacío, y una sonrisa malévola retumbó en mi cabeza, muajaja, muajaja. (Ojala todas las venganzas fuesen así, valga decir que no lo voy a hacer porque sé la rabia que da, jeje).
Y esto solo en la escasa hora que hace que me he levantado. Ahora me toca planchar pero tengo miedo de lo que pueda pasar jeje. Os mantendré informados si ocurren más desastres.

¿Quién dice que una mañana desastrosa no puede ser divertida?


2 comentarios:

  1. Madre mía, ¡qué intenso! Contándolo así es verdad que parece sacado de una teleserie. :D

    Espero que tu pie esté mejorcillo.

    Yo lo que suelo encontrarme muchas mañanas son caquitas en el lugar más insospechado.

    Es que tengo un lorito que pasa unas horas en mi habitación, mientras que yo "trabajo"... y la tiene como si fuera su propio parque de atracciones.

    Por cierto, el despertador fue lo primero que decoró con unas cuantas cacas. Se ve que su intuición le decía que aquello era un aparato apropiado sobre el que relajar los esfínteres...

    Besotes!

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  2. Mi pie esta bien, solo fue el golpe. Soy tan patosa que da miedo, jeje.

    Que risas con lo de tu loro,me recordo a cuando yo tenia mi periquita y hacia lo mismo, cagar por todas partes y mi madre nos echaba cada bronca...

    Un besazo

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